viernes, 30 de octubre de 2009

Miedo

Estos últimos días los he pasado como quien dice de vacaciones. Todas esas clases, deberes, actividades y ese octavo de piano con sus asignaturas correspondientes han sido dejadas de lado para hacer nada. La fiebre, los dolores y mareos han ocupado todo mi tiempo. ¿Y qué he hecho entonces? Dormir y pensar. Pensar y dormir. No había más elecciones.
Sin embargo, he pasado demasiadas horas sola y gracias a eso ha aparecido un amigo que siempre llega en los peores momentos. Cuando menos se le necesita, cuando uno más solo está. El miedo. Sí, el miedo. A mis dieciseis largos años sigo teniendo miedo a quedarme sola en casa, aunque me encanta pasear por los pasillos sin que haya nadie. Sin embargo, ahí estaba el miedo, junto a mí, haciendo que rememorara todos y cada uno de los sucesos que salen en los periódicos. Desde hace unos días tengo miedo a que llamen a la puerta, abra y dos encapuchados me asalten. Tengo miedo de salir a la calle y sentir que alguien me siga. Tengo miedo de los ruidos, de la madera que cruje cuando la pisas.
Tengo miedo de tantas cosas...
Pero realmente, muchas de ellas van más allá de ladrones y crujidos.
Tengo miedo de no aprobar por falta de estudio. Tengo miedo de que todo aquello que quiero hacer, no se pueda realizar. Tengo miedo de probar cosas nuevas, de quedarme siempre con lo viejo. Tengo miedo de hablar, pero también de callar. De decir algo y molestar a los demás, de ofender, de malpensar.
Tengo miedo de crear, innovar, componer y que todo quede en el anonimato, y que si lo publico, no sea reconocido.
Tengo miedo de lanzarme, de ir a por todas, de ser rechazada, de tropezar con la piedra una y otra vez.
Tengo miedo de olvidar, de cerrar los ojos y no recordar, no ver más allá del presente. Tengo miedo de no sentir lo mismo, de sentir algo nuevo o de sentir más fuerte. Tengo miedo de la soledad, de no ver a nadie a mi vera. Tengo miedo de la compañía, de la sociedad. Tengo miedo de crecer, de no madurar, de no ser una niña. Tengo miedo de mí misma, de cambiar a mal, de cambiar a bien. De cambiar.
Tengo miedo de ver las cosas de color negro, todo oscuro. Todo triste. Tengo miedo del miedo, de que un día me pueda y juegue conmigo. Que haga lo que le plazca. Que disfrute viéndome sufrir.
Tengo tanto miedo, que éste me impide sentir, emocionarme. Vivivr.

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