domingo, 29 de abril de 2012

over me

Soy una filósofa frustrada. Me habría gustado trabajar entre el mundo ontológico y la verdad metafísica. Entre lo sensible y lo inteligible. Pero decidí camuflarme en el universo de las leyes. Valiente inconsciente. También, una vez, soñé con dominar el mundo de las letras y volverme loca con la más extraña de las sintaxis. Pero decidí que no fuera así. 
Escogí, como una de tantas veces en mi vida. Quizá me equivoqué. O puede que no. Aun así, A implica B, y a cada causa su consecuencia. 
Consecuencia que se acepta o no. Pero está. Permanece con su frágil sutilidad invitando al desconcierto, al deseo de desesperar y a las ganas por sobrevivir. Y no por ello, al cerrar los ojos ya no estará. Si se elige algo, hasta el final. 
Y no hay más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Una pequeña sonrisa a cambio