viernes, 1 de enero de 2010

La mejor historia jamás contada

Érase un hombre que era un poco tonto porque no le gustaba el pescado. Decía que cuando lo comía se sentía pez y veía la necesidad de meterse en el agua.
Por eso siempre se mantenía lejos del mar y evitaba las compras de pescado, marisco o similares.
Cuando va al supermercado, compra pan de ajo porque dice que así ahuyenta a los vampiros. Pero cada vez que soltaba esta explicación, se reían de él, por eso optó por no contárselo a nadie. Un día, que estaba triste porque nadie le hacía caso, no tenia amigos, decidió comprarse un perro. A él le contaba las aventuras que le ocurrían en el trabajo o en el mercado, pero el animal, al que había bautizado con el nombre de “Bread”, haciendo honor a su comida preferida, se aburría bastante con las historias de su dueño.
Así pues, un día decidió abandonarle. Pero primero le dejó una nota en la zapatilla que decía: “la otra tiene un regalo”. Al leerla, el hombre decidió coger la zapatilla y al ver que no había nada, metió la mano. Cuál sería su sorpresa que estaba llena de líquido urinario de su mascota.
Tanto se enfadó que decidió comer pan de ajo para saciar su rabia. Al ver que no había, se enfureció aún más y salió a la calle en plena madrugada.
Caminaba por un parque cuando un vampiro lo atacó. Le mordió el cuello y le chupó la sangre. Antes de que el hombre muriese desangrado, el vampiro le dijo: “Esto te ocurre por no comer pan de ajo. Ahora te vas a joder, cabrón”.

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