viernes, 11 de junio de 2010

Vértigo

Y si el tiempo pasa, que me lleve con él y me aleje de los recuerdos acumulados en una vieja maleta que no tiene destino marcado, como yo. Viajaré sin dirección, y nos encontraremos en el camino.
Los tipos duros no bailan. Ni lloran. Y las niñas que no creen en los cuentos de princesas tampoco. Pero quiero sostener tu mano durante una pequeña eternidad. Brindar a tu salud, contagiarte mi risa.
Nadie puede comprenderlo. Cada uno tiene su propia historia y ésta es la mía. La que yo decidí crear. Aquella en la que no hay protagonistas, pero sí un final trágico.
Nuestros días están infinitamente numerados, como las habitaciones de un hotel, donde cada una guarda un pedacito de vida.
Los rayos de verano transpasan las cortinas plasmando el principio de algo que no llega.
Pero esta noche seremos el mar y la arena salada de la playa. Tu boca susurrará palabras de deconcierto para mis oídos, haciendo que mi cerebro trabaje demasiado. Un colapso frenético amenaza con llevarse por delante todo lo que encuentre a su paso.
Mañana ya no quedará más que el susurro del viento al paso por el desierto.
Quiero seguir en esa nube formada por algodón de azúcar que flota inconsciente en el aire, esperando al ciclón.
Estoy preparada para la tormenta. Para que el desastre arrastre cada pedacito de mí y provoque una catástrofe mundial.
He recibido instrucciones para permanecer calmada por muy fuerte que azote el viento. Yo intentaré no despeinarme, ni inmutarme lo más mínimo aunque dentro de mí todo se haya descolocado. Ya habrá tiempo para volver a recomponerlo.
Quizás tú decidas rescatarme, bajarme de esa nube y haga que pise suelo firme, acaricie la realidad soñada. La esperanza hecha deseo. Deseo que aumenta cada segundo, multiplicándose a la velocidad de la luz. Esta función logarítimica debe detenerse. Permitirme descansar un segundo. Tomar una bocanada de aire para seguir adelante. Y observar todo desde una perspectiva alejada. De visitante. Solo así podré ver que eres real, pero tus intenciones solo son un fruto ingenuo de mi imaginación.
Pero volvería a cometer el mismo error una y otra vez, una vida tras otra si eso me permitiera seguir admirando de las maravillas de la naturaleza. De la perfección de tu sonrisa.
No estoy pidiendo una segunda oportunidad. Me conformo con poder tener una primera. Disfrutar de los placeres de la vida. De un solo minuto más contigo.

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Una pequeña sonrisa a cambio